El COVID-19 no es el único mal que amenaza a la Amazonía, la sobreexplotación de los recursos es una alerta constante en nuestro país: Cifras de pérdida de ecosistemas, biodiversidad y degradación se acaban de presentar en el informe Planeta Vivo 2020. De acuerdo con este informe, de las casi 21 000 poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios analizados en todo el planeta, el 68 % en promedio muestra un declive, un descenso registrado entre 1970 y 2016.
El Perú es uno de los países más golpeados, “(…) la alteración de praderas, sabanas, bosques y humedales, la sobreexplotación de especies, el cambio climático y la introducción de especies exóticas constituyen las principales amenazas”, señala el informe.
El informe Planeta Vivo es un estudio bianual elaborado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) que cuenta con la cooperación de la Sociedad Zoológica de Londres (SZL por sus siglas en inglés). Este informe se lleva a cabo hace 22 años y es de importancia internacional.
La biodiversidad en problemas
La biodiversidad de los ríos se está reduciendo más rápido que las poblaciones de los mares y los bosques. Según el informe de WWF, de las 3471 poblaciones de agua dulce evaluadas por el índice Planeta Vivo, el 84 % en promedio se ha reducido desde el año 1970, es decir, alrededor de un por año. “La mayor parte de estas pérdidas se están dando entre los anfibios, reptiles y peces de agua dulce en todas las regiones del planeta, pero especialmente en Latinoamérica y el Caribe”, se lee en el documento.
El informe también precisa que, desde el siglo XVIII, casi el 90 % de los humedales del planeta ha desaparecido. La reducción de la biodiversidad es una pérdida gravísima, entre otras cosas, por los roles que las especies brindan a la salud de los ecosistemas.
“Muchas especies pueden haber perdido poblaciones importantes que en estos momentos no pareciera tener un efecto serio, pero está ocurriendo lo que se conoce como ‘deuda de extinción’. Y es cuestión de tiempo para su desaparición”, explica la también directora de Yunkawasi, una organización dedicada a la conservación de especies y hábitats en Perú.
El informe recuerda que “la biodiversidad desempeña un papel crucial para el aprovisionamiento de comida, fibra, agua, energía, medicinas y otras materias primas”. El reporte precisa que la biodiversidad resulta clave para la regulación del clima, calidad del agua, la polinización, el control de inundaciones y de grandes mareas.
Esta pérdida no es una mera cuestión ambiental, sino un auténtico desafío para la economía, el desarrollo y la seguridad ambiental. Se trata de una cuestión de autoprotección. Las actividades humanas han ido degradando y destruyendo de forma creciente los bosques, praderas, humedales y otros ecosistemas importantes, amenazando el propio bienestar humano.
El cambio de uso de suelo y la expansión de la agricultura y la ganadería está provocando la deforestación en América Latina. Reducir la curva de pérdida de biodiversidad es un problema que involucra a todos.