El III Congreso de Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe fue un espacio de intercambio de saberes y experiencias, de reflexión y análisis así como de asumir compromisos para generar acciones a fin de hacer frente a la crisis climática y la pérdida de nuestra biodiversidad.
En la actualidad un 25 % de las especies animales y plantas están en peligro y un poco más de un millón de especies se enfrentan a la extinción (Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services – IPBES). Situación que puso en alerta a los más de 2 700 personas de la sociedad civil organizada, Pueblos Indígenas, comunidades locales, academia, agencias de cooperación, sector privado de 33 países participantes en el CAPLAC.
Los países latinoamericanos y del Caribe viven en su mayoría bajo condiciones de extrema desigualdad, inequidad, inseguridad, reducidos presupuestos y demanda creciente de recursos, a pesar de ello, cuentan con servicios de áreas protegidas, con equipos comprometidos y diligentes, con alta calidad técnica y humana, que han ganado un reconocimiento a nivel mundial, demostrando que existen grandes avances en la conservación de la región.
En este Congreso se presentaron soluciones innovadoras, se compartieron múltiples aprendizajes, se difundieron avances, retos y el rol de la educación y las comunicaciones en la gestión de áreas protegidas. Principalmente se resaltó y se dio prioridad al diálogo de saberes y se reflexionó sobre el rol de las Áreas Protegidas como garantes de la seguridad de todas las especies del planeta.
Se ratificó a través de la Declaración de Lima el liderazgo de la región para contribuir de manera significativa a la solución de los problemas globales e hicieron un llamado a la acción para incrementar el compromiso de todos los usuarios de la biodiversidad para que día a día, se reconecten las dimensiones de la naturaleza, la economía y la sociedad a través de estas áreas terrestres y marinas vitales para la supervivencia humana.
Asimismo, los Pueblos Indígenas y comunidades locales, juegan un rol importante en la preservación y uso racional de los recursos del bosque, que permiten preservar los modos de vida, saberes y tradiciones culturales, incorporados en la planeación y manejo de áreas protegidas. La contribución que realizan a la gestión y preservación de nuestros recursos reafirman que son los guardianes de la biodiversidad en los territorios, por lo que se debe asegurar una mayor participación en el manejo de las áreas protegidas y conservadas, desde una perspectiva de género, interculturalidad e intergeneracional.
Finalmente, los participantes del III Congreso de Áreas Protegidas de Latinoamérica y del Caribe, se comprometieron a mejorar la gestión de las áreas protegidas y otras estrategias de conservación, a través de redes de colaboración para frenar la pérdida de la biodiversidad, conservar lo que se tiene y recuperar lo perdido, a fin de garantizar el desarrollo, potenciar el bienestar, la salud, las expresiones culturales y la vida en las ciudades.